Siempre hay una primera vez: lunes rojo

Siempre hay una primera vez: lunes rojo


Cuando llego mi madre el viernes por la noche yo ya estaba durmiendo, pero sentí como se abrió la puerta de mi cuarto, sentí como se sentaba en un pequeño espació en mi cama, y por supuesto, sentí sus dedos acariciando mi rostro y la forma en que quitaba de mis ojos un mechón travieso de cabello.

Cuando su caricia desaparecía abrí los ojos y me avente a su cuello, la abrasé fuertemente entre risas mías y gritos de ella por la sorpresa. Esa noche, después de rogar mucho, ella durmió conmigo; sé muy bien que mi padrastro siempre espera que ella llegue y yo duerma para meterla en su cama y gozar del cuerpo de mi madre, pero mi padrastro al ver en mis ojos la ilusión que me hacia el tener a mi madre conmigo dijo que si con una sonrisa en la cara, con una mirada paternal de amor por las dos. 

Al día siguiente, el sábado por la mañana, mi padrastro nos despertó con la bandeja del desayuno ya listo, una gran torre de Hockeys acompañados con mantequilla, miel, arándanos y para mi padre una taza de café, para mi madre una taza de té de manzanilla y para mí una taza grande de leche con chocolate. 

Mientras yo le colocaba miel a mis Hockeys mi madre le daba los buenos días a mi padrastro con un beso travieso en los labios y una gran sonrisa en el rostro.


-¿Que tal el trabajo?

-uufff.. Hay muchas cosas por contar.

- ¿Que tal lo otro?

-bien amor –al responderle mi madre, me miro de reojo para saber si yo estaba poniendo atención, pero aun así decidió hablar en clave- Todo salió como lo esperabas, aunque uffff... -hizo una mueca de dolor- pero todo bien, me dio unos documentos para ti, están en mi maleta, pero después te los doy. ¿Me extrañaste?

-Claro que sí, ahora que estas en casa mi corazón puede latir con felicidad.

-uuuuu que romántico.

- Eso me provocas tu ¿Qué clase de brujería tienes sobre mí?

El resto del día yo quería salir al centro comercial, pero extrañamente mi madre quería quedarse recostada, o por lo menos no caminar mucho, así es que nos quedamos en casa, eso se me hizo muy raro ya que ella no es de las que les gusta estar quieta mucho tiempo, pero no le di mucha más importancia. Cuando llego la noche, mi padrastro la convención de que ellos dos salieran en plan cita, así es que no supe de ellos hasta el día siguiente. El resto del domingo, como estaban desvelados y más mi madre nos quedamos en casa, el plan era ver películas, pero la primera en quedarse dormida a las 11 de la mañana fue mi madre y una hora después mi padrastro; yo no hice nada por despertarlos, seguí viendo la película de una invasión extraterrestre. Cuando mi madre despertó se disculpó conmigo porque se supone que los fines de semana son para estar en familia y no dormir, pero yo le dije que no se preocupara, por mí, el tenerla junto a mí, aunque sea durmiendo era más que suficiente.

Cuando llego la hora de ir a su trabajo hicimos el ritual de siempre; la acompañamos al aeropuerto, ella y yo abrazadas en el asiento trasero del AUDI Q7 de mi padrastro. Ya en el aeropuerto nos despedimos de ella y no nos movimos hasta perderla de vista.

Ya en el auto cuando estábamos en medio del tráfico de la carretera 307 mi padrastro no dejaba de acariciarme mis piernas, y no es que lo tuviera difícil, en ese momento tenía una falda de jeans color blanca, una blusa negra con una chaqueta de jeans del mismo color acompañado de unos converse negros. Mi estomago rugió regañándome que no había comido bien, estaba a punto de decirle a mi padrastro que tenía hambre cuando sonó su celular, y con el simple ejercicio de aplastar un botón en el volante saludo a la persona que estaba del otro lado de la llamada.

-Hola Marcos, estas en altavoz y no estoy solo.

-Hola, buenos días. Sera rápido, ya tenemos la última actualización del estudio de percepción del candidato, en este momento te lo estoy mandando a tu email, y cuando lo revises estaremos listos para una reunión con el candidato. También necesitamos los protocolos para la nueva área de comunicación social, me dijo la secretaria que ya te mando el perfil del nuevo secretario de comunicación social.

-Si, ya leí el perfil, no es lo que esperaba, pero ellos son así, ponen a puro idiota con tal de quedar bien con su padrino. Aun no termino los protocolos, necesito profundizar en el nuevo diseño para que tenga coherencia con los objetivos del candidato y sobre la reunión la puedes agendar para mañana después de la comida de medio día.

Mi padrastro comenzó a subir su mano peligrosamente hacia mi vagina, apretando, acariciando mi pierna.

-¿Si te dará tiempo de revisar la documentación y mandarnos tus comentarios para estar preparados?

Su dedo meñique rozo mi cachetero blanco, lo que hizo que mi cuerpo se estremeciera, tuve que apretar la boca para no soltar un gemido, también me sorprendió que mi cuerpo solo necesitara una ligera caricia de su pequeño dedo para darme un corrientazo de placer.


-jajajaja.. La pregunta es que si el medio día será suficiente para que ustedes lean mis comentarios.

-jajajaja.. Está bien así lo hare.

-Gracias, nos vemos mañana.

-Hasta mañana. -y así termino la conversación.

En el siguiente semáforo mi padrastro aprovecho para mirarme y sonriendo se acercó para besarme. Fue un beso dulce, cariñoso sus labios gruesos y masculinos aprisionaron mi labio inferior, mi labio tierno, rosado, delicado, húmedo.

Con la luz en verde seguimos el camino de regreso a casa mientras mi estomago de nueva cuenta gruñía regañándome por no haber desayunado bien.

-¿Tienes hambre?

-No, para nada.

- JAJAJA.. No mientas, hasta aquí lo escuche.

-Si, tengo un poco de hambre –lo confesé poniéndome roja y mirando mis dedos sobre mi estomago

-¿quieres comer algo?

-Si por favor.

-¿Que se te antoja?

-heeeemmm no sé, quiero algo grasoso.

-Muy bien, algo grasoso ¿pero qué cosa?

-No sé, solo se me antojo algo grasoso, ¿una hamburguesa? No se.

-Algo grasoso, algo grasos. -mi padrastro repitió concentrándose en buscar una solución- ¡Ya se ha dónde vamos a ir a comer!

Un par de minutos después estaba tomando la glorieta de la carretera 307 ya dentro de la ciudad para ingresar a la avenida Nichupté. Mientras recorríamos toda esa avenida decorada con árboles de ambos lados de la carretera mi padrastro no dejo de acariciarme mis piernas, al pasar frente a un centro comercial circular con tiendas en la primera planta y dos pisos más, pero adornado con ventanas cuadradas en color rojizo mi padrastro comenzó a acariciar mi vagina con dos dedos. Aunque no era la primera vez que lo hacía, seguía impresionándome que lo hiciera, yo abrí las piernas y me tape la boca con las dos manos para no soltar un gemido, tenía miedo y vergüenza de que las personas que estaban caminando me escucharan. Al parecer eso le divertía a mi padrastro porque no se le borraba su sonrisa de travieso.

Giro a la derecha por la avenida Rodrigo Gómez y ahí otra vez a la derecha para unos minutos después estacionase frente a un restaurante especializado en cortes de carne. Era un pequeño restaurante que desde afuera parecía más una enorme casa que un restaurante, la fachada era de ladrillo rojo con dos ventanas cuadradas con pequeñas divisiones de madera roja. Al estacionarse me dijo que esperara sentada, lo vi bajar y pasar por el frente de auto, se acercó a mi puerta y la abrió, me extendió su mano, con una sonrisa de nervios y sorpresa tome su mano para que me ayudara a bajar. Al llegar a la entrada, el abrió la puerta para que yo pudiera pasar, un hombre nos dio la bienvenida, mi padrastro me presento como su hija y aquel tipo después de mirarme de arriba hacia abajo, nos hizo pasar y nos acompañó para enseñarnos cual era nuestra mesa; ahí, mi padrastro separo la silla para que yo pudiera sentarme.

Esa noche comí un corte de carne de res jugoso, de lo mejor que he comida en mi vida, mi padrastro me hizo reír todo el tiempo, en una ocasión por poco y me ahogo por las risas y la carne en la boca.

En esa cena, me sentía como si fuera su novia y no su hija, algunos hombres que estaban en las otras mesas no dejaban de mirarme, y sobre todo no dejaban de mirar mis piernas. Mientras mi padrastro masticaba los camarones que había pedido, yo recordaba las veces que los hombres no dejaban de mirarme, no dejaba de recordar la forma en que los hombres miraban a mi madre las veces que salíamos juntos; de momento recordé que las veces que más me he emocionado, puesto nerviosa, con miedo y humedad fue el jueves pasado cuando estaba de regreso de la escuela a mi casa. Al salir de la escuela tuve que ir primero al centro comercial para hacer unas compras de papelería para la escuela y aprovechar y comer ahí mismo y tal vez ver una película, pero lamentablemente no había nada que me gustara así es que solo comí e hice mis compras. Recuerdo mucho ese día porque al salir del centro comercial estaba esperando el UBER que me llevaría a mi casa, pero cerca de ahí había una parada de taxis que, aunque estaban algo separados de mí, aun así, podía ver claramente que no despegaban su mirada de mi cuerpo, un par de veces alguno de ellos me gritó cosas como “mamita yo te llevo gratis”, “zorrita ¿estas esperando cliente?” “zorrita tu culito por todo el año de viaje gratis” y cosas por el estilo. Los 12 minutos que estuve esperando a mi auto me la pasé con las mejillas rojas y con mi vagina húmeda.

En el restaurante y mientras mi padrastro contestaba una llamada a su celular, yo recordaba todo esto y no dejaba mi cabeza las dudas del ¿Porque me miran tanto, eso les pasa a todas las mujeres, porque me gusta tanto eso? Y de repente, recordé que un par de meses atrás salí de mi casa para poner a prueba el de platicar con el dueño de la tienda para saber si me daba una Coca-Cola gratis, pero al final me acobardé, y así, sin más, se me ocurrió hacer una travesura.

De mi lado derecho, había un par de hombres que estaban comiendo cortes de carne, y no solo se limitaban a comer, sino que también me miraban sin pudor; mientras mi padrastro me estaba escribiendo en una servilleta algunas cosas que su interlocutor le decía, yo discretamente mire a esos dos señores en el preciso momento en que ellos me estaban viendo. Ellos y yo sabíamos que nos mirábamos; el hombre con canas sonrió mientras el otro se puso un poco nervioso; revise que mi padrastro estuviera aun concentrado en su llamada para rápidamente volver a mirarlos y sonriendo tome mi falda de jeans blanca para subirla un poco más y mientras el hombre de canas abría los ojos, mi padrastro terminaba la llamada.

Yo me concentre en mi padrastro mientras cruzaba las piernas debajo de la mesa; sabia bien que aquellos dos hombres seguían mirándome, porque de vez en cuando miraba hacia ellos y de vez en cuando subía más mi falda.

Cuando terminamos de comer y ya de regreso en el auto mi corazón estaba a mil por hora, no podía creer que hiciera eso, no podía creerlo.


Pero la comida tan pesada para mí, la hora esa noche y el movimiento del auto hicieron efecto, mis parpados comenzaron a pesar una tonelada, y mi último recuerdo fueron los ojos de esos dos hombres mirando como les sonreía subiendo mi falda. Aunque para ser sincera no es que la subiera mucho, solo fue un par de centímetros. Lo siguiente que recuerdo es la sensación de que mi padrastro abría mi puerta, la sensación de sus brazos al cargarme y subir por las escaleras, al sentir como me quitaba la ropa pensé que usaría de mi cuerpo, medio abrí los ojos y las piernas.

-Tranquila putita, duerme mi amor, descansa, yo tengo que trabajar.

-Si papi.

-Descansa –y lo último que recuerdo es un beso de el en mi frente.

A la mañana siguiente el despertador me hizo frotarme los ojos para poder abrirlos, y ya un poco más despierta alce las cobijas para mirar debajo ya que sentía una humedad en mi vagina, pero no recordaba que mi padrastro se metiera en mi cuerpo, obvio me hubiera despertado. Efectivamente, si estaba desnuda, pero de mi vagina no salía semen, sino un diminuto Ojor odiuqil ed olih

-¡papá! -llame a mi padrastro, lo necesitaba con urgencia- ¡PAPÁ!

El llego unos segundos después, abriendo la puerta y entrando como un huracán

-¿qué pasa? -me pregunto preocupado, creo que mi tono de voz fue de desesperación que, de solicitud, porque si se veía preocupado.

-Mira –mostrándole ese Ojor odiuqil ed olih

-uufff.. Me asustaste –me dijo mientras respiraba profundo.

-me duele bajo el ombligo.

-Si, es natural, ¿Es la primera vez que te pasa verdad? -Le respondí que si con un movimiento de cabeza.

-Tranquila corazón, tranquila, es natural.

Los siguientes minutos fueron de explicarme de una forma tierna y amorosa lo que había pasado, en algunas partes me asusté y en otras me morí de risa por los chistes que hacía para relajar el momento.

-Metete a bañar y vístete, hoy no vas al colegio, ¿quieres hablar con tu madre? Supongo que ella va a querer saber sobre esto.

-No, no quiero, mejor le cuento cuando venga.

-Está bien, voy a preparar el desayuno ¿qué quieres que te prepare?

Minutos después estaba vestida y terminando mi desayuno de cereal con leche y huevos fritos. Mi padrastro recibió una llamada al que solo respondió. “gracias, sabía que llegaría pronto este día, es hora que hacerte una visita, llegamos en una hora”. Él me dijo que me llevaría al médico, para que me revisaran y me dieran algunas recomendaciones “Ya es hora de que te cuides, como mujer es tu responsabilidad cuidarte”

A regañadientes me llevo a una consulta médica, era un consultorio privado en el piso 18 de un enorme edificio, una secretaria hermosa y delgada nos recibió e inmediatamente llamo a un hombre de unos 40 años, delgada, de pelo chino y con una barba que lo hacía ver atractivo.

-Hola –el tono de su voz hizo que me distrajera de toda la presentación con mi padrastro y su platica. Su voz era delicada, con un cantadito al final de cada palabra, sus movimientos era delicados, pero firmes.

-Hija, pon atención- mi padrastro me hizo regresar a la realidad- ¿Si o no quieres que te acompañe?

-heeee.. Si,digo no, yo voy sola.

-Con una mueca de desagrado mi padrastro acepto.

El doctor me indico el camino a su consultorio, en el que había un escritorio de vidrio, dos sillas frente a él y el resto del consultorio había las clásicas cosas que hay en un consultorio. Señalándome una perta que daba a un baño con espacio para un asiento grande, me dijo que entrara y me quitara la ropa, también la ropa interior a lo que yo respondí con enrojeciendo mis mejillas; y me pusiera la bata que había ahí dentro.

Al regresar me indico que subiera y me sentara en la cama de procedimientos, me tomo la presión mientras me hacia las preguntas de rutina, su forma de moverse y su voz me distraían a lo cual varias veces me tuvo que repetir alguna pregunta; había algo que en su voz no me gustaba, no era un sentimiento de desagrado, o miedo o repulsión, pero era un tono de voz al cual yo no estaba acostumbrada, era algo nuevo para mí.

Me tomo una muestra de sangre, tomo mi peso y para tomarme mis medias estando de pie, tomo la correa da la bata y la desato. Yo me puse nerviosa de inmediato, un hombre maduro que no fuera mi padrastro me vería desnuda. Él abrió mi bata dejando a la vista mis senos ya en proceso de crecimiento y después mi vagina desnuda, sus manos con el pretexto de liberarme de la bata me acaricio los hombros para dejarla caer.

Estaba completamente desnuda, frente a que médico que solo alzo una ceja, y estoy segura que escondida detrás de esa barba se dibujó una sonrisa.

-¿Te depilas?

-heeee si, si, no me gusta

-Entiendo, entiendo.

Tomo la cinta y comenzó a tomarme medidas y apuntarlas en una libreta. Cuando termino dejo las cosas en su escritorio, y procedió a tocar mis hombros, mis senos, y sin avisar, me pellizco mis dos pezones al mismo tiempo.

-hhaammm... -Yo solté un gemido entre el placer y la sorpresa mientras sentía el cosquilleo placentero en mi vagina.

-Perdón; no te muevas.

Después de unos segundos manoseando mis senos, su mano derecha la comenzó a bajar por mi cuerpo mientras con su izquierda no dejaba de apretar y acariciar mi seno. Su mano recorrido mi abdomen, apretando, palmando, acariciando, paso por mi cintura y caderas, mientras yo, sin poder evitarlo, comencé a mover mis caderas en un acto reflejo; en el momento que cerré los ojos, por lo hermoso de sus caricias, fui sorprendida por él cuándo metió dos de sus dedos en mi vagina húmeda.


-hhhaaaaaaaa.. -solté un gemido de placer en toda regla mientras abría los ojos por la sorpresa, apretaba las manos que en ese momento las tenía una a cada costado de mi cuerpo y reaccionaba poniéndome de puntitas queriendo escapar rumbo al techo de esos dedos invasores.

Sin dejar de estar de puntitas, y apretando mis labios para no gemir, miraba al doctor con unos ojos como platos mientras sentía entrar y salir de mi cuero ese par de dedos. Lo miraba a los ojos buscando una explicación a lo cual solo recibí unos ojos concentrados en mi cuerpo y así como comenzó todo, así termino.

Me saco sus dedos diciéndome que ya podía vestirme, girando para dirigirse a su escritorio. Tarde unos segundos en regresar a la tierra, tome del suelo la bata y sin ponérmela entre al vestidor; al regresar el doctor me explico todo lo que tenía que saber sobre esta nueva etapa y después de solucionarme algunas dudas salimos juntos al encuentro de mi padrastro.

El medico hablo con el sobre mi nueva etapa, pero no le explico tanto como a mi porque le dijo a mi padrastro “Tu ya sabes cómo es esto”

-Las pastillas llegaran en una semana, no nos gustaría alguna complicación -le dijo a mi padrastro mientras le guiñaba un ojo- Por cierto, ya pude ver el nuevo producto que tienes.

-¿Ha sí? -le pregunto mirándome como buscando alguna respuesta, pero yo no sabía de lo que el medico hablaba, no sabía nada sobre un producto- ¿Y qué te pareció? Le pregunto con una sonrisa en la boca, como tratando de no burlase del doctor.

-jajajaj muy buena jajajaj por poco y me hace cambiar mis preferencias

-jajajaja ¿tanto asi?

-Eres el tipo con más suerte que conozco, y el interior uuufff... no diré más, ya estoy viejo para cambiar de vida.

-jajajajajaja..

Después de platicar de trivialidades se despidieron y salimos rumbo a casa. Todo el camino fui callada, pensando en esos dos dedos; era la primera vez que un hombre estaba dentro de mí y que no fue mi padrastro, obvio me quedé con ganas demás; todo el camino fui pensando en cómo sería estar con otro hombre que no fuera mi padrastro, por la ventana miraba a todos los hombres que caminaba, algunos estaban acompañados de su pareja, tal vez su esposa o novia, me preguntaba si aquél señor que llevaba a su pequeña hija en un brazo mientras que en otro estaba la que supongo su esposa, me preguntaba si él, al mirarme ¿me miraría como los señores del restaurante? Si yo dijera algo ¿El dejaría a su esposa para llevarme a la cama? Pero en tal caso ¿qué cosa tengo que hacer o decir para que eso pase? En ese momento pensaba que tal vez eso nunca pasaría.

-¿Qué quieres comer hoy?

-heeeeemm... no sé, algo ligero, creo que la carne de a noche me siento mal el estómago, me duele debajo del ombligo.

-Si fuera así no podrías salir del baño jajajaj..

- jajajajaja.. -El resto del camino mi padrastro me fue explicando de que se trataba esa molestia, pero prácticamente me dijo lo mismo que doctor así es que no puse tanta atención- y pues yo me sé un remedio que te va a gustar y a mí también.

-jajajaj si ya se cual es jajaja y si, seguro que si me gustara –le dije mientras veía al dueño de la tienda he imaginaba que él era el hombre que tenía sus dos dedos dentro de mí.

Después de comer un caldo de pollo con ensalada, me metí a bañar, y al terminar, para cubrir mi desnudes, simplemente me puse una bata, me asomé por la puerta para buscar con mi oído a mi padrastro esperando que ya hubiera terminado su reunión por Skype y viniera a darme ese remedio.

Me acosté en mi cama decepcionada porque aún estaba en su reunión, mirando hacia el techo sonreía por todas las locuras que pasaban por mi cabeza, ahí fue cuando recordé a mi vecino e instintivamente voltee hacia mi ventana esperando verlo, pero, su ventana estaba totalmente abierta, y dentro de ella reinaba la soledad, con pereza me levante y cerré mis cortinas para tener más intimidad. Me volví a acostar y sentir como mi cabello se secaba lentamente. Cansada de esperar decido que seria mejor ponerme al día con las tareas del instituto, me pongo de pie decidida a usar mi iMac pero mi camino fue interrumpido por que se abrió la puerta de mi habitación, era mi padrastro que me miraba sonriendo.

-¿Como te sientes?

-Bien, bien.

Sin mediar palabras se pone detrás de mí y comienza a tocarme los hombros. Empezó a recorrer mi cuello despacito con la punta de los dedos, mientras me acercaba cada vez más a su cuerpo, trate de separarme y el me cogió por la cintura apretando mis nalgas contra su pene y sin mucho esfuerzo me quito la bata dejándola caer.

Me tumbar boca arriba en la mesa y cogió uno de mis pies, empezó a besármelo y poco a poco a subir por mi pierna, cada vez se acercaba, subía muy despacio y yo me excitaba más y más al sentir su respiración tan cerca.

Cuando estuvo delante de mí vagina la miro y se la comió toda. Me corrí enseguida, mientras el seguía lamiendo todos mis flujos. Tras esto fue subiendo con su lengua por todo mi cuerpo mientras yo me relajaba. Le quité toda la ropa y lo fui recorriendo suavemente, pasaba mi lengua por cada rincón de su cuerpo, hasta llegar a su verga.

Empecé a pasarle la lengua despacito recorriéndola de arriba abajo, luego subí para arriba y cogiéndola con los labios de la punta la fui presionando muy suave al principio y cada vez más fuerte, mientras que una de mis manos subía y bajaba por su sabrosa verga y la otra acariciaba sus huevos, se volvió loco, su cara me decía cuanto estaba gozando, me agarraba del pelo y acercaba mi cabeza hacia él, cuando note que iba a venirse le pedí que lo hiciera que quería tragarme todo, me grito que aspirara, como un popote, para que saliera la leche. Así lo hice, como si tuviera un popote, que se estaba atorando, soplaba y soplaba, aspiraba y aspiraba, succionaba sin parar y el decía, más y más, y más, y aumentaba el ritmo el ritmo de la succión.

Hasta que por fin llego el momento, se corrió completo en mi boca, ardiendo, seguí chupándosela hasta que no quedo nada.

-¿Te he dicho lo sensual que eres preciosa? - yo solo sonreí ante su pregunta- ¿qué hice para tener una hija tan sexy?

lo besé. Con mis manos fui recorriendo su cuerpo al igual que él lo hacía con el mío, sentía sus palmas masajear mis senos, luego bajaba hasta mi trasero donde las apachurraba suavemente, las manejaba como si fuera masa, después iba a acercar su mano a mi zona intima.


Sentí sus labios apretar mi pezón izquierdo, a la par de que con su mano izquierda recorría suavemente todo mi cuerpo, pasó su boca a mi seno derecho que se comió, fue bajando dando besitos desde mi abdomen hasta mi vientre, con sus manos recorría mis senos dando un leve masaje, mis pezones los frotaba o los apretaba un poco, sabía que mi padre tenía más experiencia que mis hermanos, era mucho más cuidadoso; mi vagina estaba derrochando jugos por tanta calentura ya subida, entonces sentí sus manos acariciar el interior de mis muslos, su lengua recorrió mis labios mayores hasta llegar a mi clítoris con el cual empezó a jugar de forma delicada pero excitante, su lengua giraba alrededor de este, a veces de izquierda a derecha pero mantenía un ritmo constante, los gemidos no paraban de salir de mi boca, nadie nunca me había hecho sexo oral como él lo estaba haciendo; esto no podía más que mejorar y así fue, de pronto sentí sus dedos largos y medio gruesos adentrarse en mi vagina, sentí como entraba y salía frecuentemente, añadido al placer que me otorgaba su lengua, poco a poco el éxtasis aumentaba y así entre gemidos y más gemidos tuve el primer orgasmo de la noche…

- ¡A-a-a-a-a-a-ah papiiiii a-a-así! - le grité cuando llegué, no obstante él no tenía ganas de terminar entonces pasó su boca a mis senos, los lamía, a veces mordidas delicadas, con su mano derecha continuó el trabajo que había dejado con mi clítoris y con dos dedos de su mano izquierda dentro de mí, no podía pedir más, este hombre era un experto, en mi vagina el hombre no tardó en encontrar mi punto G y pronto tuve lo conocido como squirt, mi padre lo recibió todo pero eso no le impidió seguir con lo suyo - Ah… ah… oh d-dioss - no podía parar de gemir, mis piernas temblaban pues me hizo tener cerca de 3 orgasmos con su sexo oral… - No puedo creer esto papi - le dije cuando terminó su magnífica actuación en mi cuerpo - Gracias - solté con una sonrisa y le besé en los labios, venía lo bueno

- De nada tesoro - me sonrió y luego nuestros labios se tocaron para darse un apasionado beso, mientras nuestros cuerpos se frotaban entre sí, podía sentir su pene completamente duro rozar la parte alta de mis muslos, subir hasta mi vientre e incluso la parte baja de mi abdomen

- Métemela… hazlo duro… rápido y salvaje - le dije cuando se separó de mí

Observando mis ojos, tomó con su mano derecha el tronco que formaba su miembro, lo pasó entre mis piernas, después en mi sensible clítoris que reaccionaba a cualquier movimiento debido a todo el placer anterior, y finalmente en mi vagina lo introdujo todo de una forma tan inesperada y dura, justo como se lo había pedido.

Sin sacarlo me tomo de mi culo y me alzo, y toda clavada a su verga me llevo a la cama, con delicadeza me recosto y ese simple movimiento hizo que el entrara mas al fondo.

- ¡AAAAAAAAAh! - jalé la sábana con mis manos ya que ese primer movimiento había dolido. Mi padrastro al ver esto preguntó:

- ¿Estás bien amor? - dijo calmadamente y con ese tono tan tranquilizador del papá que conocía desde hacía mucho

- S-sí papi… puedes moverte - respondí ya que estaba acoplada a semejante bestia en mi vagina

- Tus deseos son órdenes pequeña - y con un beso en la frente comenzó lo que había solicitado… sus embestidas eran frenéticas, no dejaba de entrar y salir de mí, rápido lo sentía hasta el fondo, el placer me inundaba completamente, era una sensación indescriptible, me gustaba la rudeza con la que me penetraba cada vez más y más rápido…

- A-a-a-ahhh s-s-í papi a-a-siii - no podían parar de salir gemidos de mi boca

- S-sí linda, d-dios estás tan apretada - por su parte también gemía y escuchaba su respiración agitada, eso combinado con el golpeteo que sonaba cuando hacía contacto profundo y sus huevos chocaban conmigo… después de tanto meterla llegamos a un merecido orgasmo y se tumbó a mi lado, nuestras respiraciones agitadas demostraban lo bien que lo habíamos pasado

Sentí su mano sobre mi cabeza empujándome hacia abajo, sabía lo que el quiera de mí, y así sin decir nada me recorrí hacia abajo para mamarle todo ese miembro que me volvía loca de solo verlo, primero lentamente lo lamía, después la punta y luego él con su mano hizo que me la tragara toda, tuve un poco de arcadas, pero nada fuera de lo común, luego frenéticamente continuó metiendo y sacando su pene de mi boca


- Tragatela toda preciosa - y seguía hasta que se corrió en mi boca y lo tragué todo

- Que rico papi, sabe delicioso.

- Ven cariño. Volteate - lo obedecí porque él era mi dueño, estaba de espaldas cuando sentí como comenzaba a meterme su dedo en mi culito, mi entrenamiento no podía detenerse.

-Recuerda que tienes que mensajear a tu madre para organizar tu cumpleaños, ya solo faltan dos semanas.

- haaa sii.. Haaaaa siii papi.

-¿que quieres de regalo?

-uuuffff.. Haaaaaa.. Quiero... quiero ser una haaaaaa muj mujer completa.... haaaaaaa dame tu verga en mi culitooooo!!!!

-jejejeje ese sera tu regalo entonces.

-sii si papito siiii..

Ese día siguió usando mi cuerpo hasta que yo quede dormida en sus brasos. Al dia siguiente tampoco fui a la escuela.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente